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El secreto del éxito del Barça

Actualizado: hace 5 días

Laporta, Flick y La Masía lideran la resurrección del FC Barcelona con juventud, identidad y hambre de títulos

Hansi Flick, una de las causas del éxito del FC Barcelona esta temporada. Fuente: Licencias Creative Commons.
Hansi Flick, una de las causas del éxito del FC Barcelona esta temporada. Fuente: Licencias Creative Commons.

El Barça actual se ha consolidado como uno de los mejores equipos del planeta, si no el mejor. El talento individual de sus futbolistas y la solidez de su juego colectivo deslumbran a todo el mundo del fútbol. La regeneración del vestuario, la apuesta decidida por la juventud, el compromiso de los veteranos y el acierto en la dirección técnica son algunas de las claves del éxito que atraviesa el club, algo que hace un par de años parecía lejano.


Campeones de Copa, líderes en LaLiga y en semifinales de la Champions League, los azulgrana están a ocho partidos de conseguir un triplete que sería histórico ya no solo por la increíble hazaña que supone ganar los tres títulos grandes en una misma temporada, sino también por inesperado. A principios de la temporada, nadie daba como favorito al conjunto culé de alzarse con ningún trofeo y ahora, arrasan allá por donde van.


La dirección del club ha conseguido acelerar un proceso de reconstrucción que no se presentaba nada fácil. Lo ha logrado en tiempo récord. La junta de Joan Laporta lo tenía todo en contra: problemas económicos, tensiones internas, una plantilla envejecida y la presión de una afición que exigía resultados inmediatos, mientras la institución luchaba por no perder su identidad histórica.


El presidente heredó todos los males de la gestión anterior y ha sabido resucitar al Barça con algunas decisiones clave, no exentas de polémica. No todo lo que ha hecho Laporta ha sido bien recibido; todos conocen los pros y los contras de su mandato, pero los resultados deportivos le avalan con creces.


La caída


2020 significó el inicio de la caída del club. El equipo daba síntomas de que todo podía explotar en algún momento pero con Messi todo era posible. El 2-8 encajado por el Bayern de Múnich en cuartos de final de aquella Champions significó el final de un proyecto caducado.

Josep Maria Baromeu, presidente del FC Barcelona entre 2015 y 2020. Fuente: Licencias Creative Commons
Josep Maria Baromeu, presidente del FC Barcelona entre 2015 y 2020. Fuente: Licencias Creative Commons

Josep Maria Bartomeu, el entonces presidente del FC Barcelona, no hacía más que tomar decisiones a la desesperada. Se cuestionaron todas y cada una de ellas y desde la distancia, se le acusa de ser el principal culpable de la situación. Creó una plantilla con un límite salarial desfasado en el que todos los pesos pesados cobraban cantidades exageradas, fuera de mercado. Las estrellas, que venían de ganarlo todo hace unos años, pedían sin parar y Bartomeu se lo daba. Y encima, no ganaban. El COVID llegó para rematar la economía del club.


La pésima situación económica y deportiva provocaron la salida de Bartomeu, recordado por muchos como uno de los peores presidentes de la entidad.


Después de un tiempo con una junta gestora, ganó las elecciones Joan Laporta y cogió las riendas del club en la que significó su segunda etapa como presidente. Aunque su exitosa primera etapa le daba crédito, el inicio de su nuevo mandato fue muy complicado.


Tras prometer en campaña electoral que renovaría a Messi, tuvo que afrontar en verano de 2021 la marcha del argentino después de 21 años ligado al club azulgrana. La grave situación económica y las disputas entre Laporta y Messi provocaron la separación de sus caminos. Se vivió una pérdida de fe sin precedentes en el proyecto. Se fue la cara del Barça y el eje de su fútbol. Se venían años difíciles para la afición culé.


La esperanza de Xavi


El inicio de aquella temporada no fue bien, como ya se esperaba. En noviembre, el Barça echó a Koeman y se encomendaba a la búsqueda de otro entrenador. Xavi fue el elegido. Un hombre de la casa, una pieza clave del última gran Barça y con una mente que derrochaba fútbol. Su único 'pero' era que venía sin experiencia pero Laporta buscaba replicar la fórmula Guardiola.


El Barça comenzó a ganar con Xavi, se le vieron otras cosas. Apostó por la cantera y recuperó la esperanza en un club que en el primer año post-Messi se veía sin opciones. Aunque hubo mejora, se terminó la temporada sin títulos y con una doble humillación en Europa, eliminados de Champions y Europa League. El año siguiente más allá de las competiciones nacionales la cosa fue igual pero Xavi ganó la liga. Parecía que había empezado una nueva era. Un proyecto creado en La Masía, con jugadores jóvenes que sienten el escudo como suyo y fichajes gracias a las famosas palancas que se inventó el presidente ese verano.


Las ventas de activos del club a cambio de dinero inmediato han sido muy criticadas dentro de la gestión de Laporta. Solo el futuro dictará las consecuencias del ahora pero esa liquidez ayudó a rebajar el límite salarial y poder inscribir a jugadores como Lewandowski, Koundé o Raphinha.


Cuando el club parecía que resurgía de forma milagrosa, la tercera temporada de Xavi fue horrorosa. El desgaste en el banquillo del entrenador catalán le superó completamente y acabó partiendo de vacío. Quizá Xavi se fue por la puerta de atrás. Muchos errores le condenaron pero en parte, él asentó los pilares del superequipo actual.


La revolución de Flick


Hansi Flick llegaba al FC Barcelona para encabezar un nuevo proyecto. Las bases estaban formadas pero quedaba mucho trabajo. Los jóvenes serían el centro de todo y no habría dinero para traer a muchos fichajes. Solo llegó Olmo y con la incertidumbre doble (en agosto y en enero) de su inscripción.


El alemán lo ha hecho todo bien. Ha impuesto disciplina y un fútbol total, igual no tan cruyffista como otros pero igual de ganador. Y las victorias enganchan. El Barça ha arrasado a todos esta temporada y va camino del triplete. Con jugadores de la casa formados en La Masía. De los 23 futbolistas que conforman la primera plantilla, 12 son canteranos.


Los 'niños' vienen con hambre de títulos y con ilusión. Viven el barcelonismo en su cuerpo, mueren por él. Y eso genera identidad en una afición que parecía pérdida desde la salida de Messi. El club ha recuperado su rumbo. Tiene un capitán en Flick, unos veteranos que aportan y lo más importante: han superado los traumas de las derrotas de sus predecesores. Solo Ter Stegen se mantiene de la plantilla del último Barça semifinalista de Champions en 2019. Hasta hoy, un camino tortuoso para regenerar a una plantilla mayor y cara.


Los nuevos juegan sin complejos, juegan como saben y sobre todo juegan muy bien. Un equipo nuevo, creado por Laporta, marcado por la cantera, fichajes low-cost, palancas, inscripciones y polémicas, pero ganador. En el fútbol esa es la única fórmula que funciona: ganar.

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